Los pequeños detalles son lo que realmente hacen único el espacio verde de nuestra vivienda, ya sea el jardín, la terraza o incluso el balcón. Pero marcar esta diferencia no necesariamente implica realizar un gran desembolso económico. Ahora más que nunca, se hace preciso echar mano de la imaginación y la creatividad para lograr espacios singulares y sostenibles en los que la única clave pasa por saber aprovechar los recursos de los que disponemos.
Por eso, en esta nueva entrada te vamos a dar algunas ideas para que lleves a cabo eso que muchos denominan "arte verde". Porque, repetimos, basta un poco de imaginación para convertir materiales y objetos aparentemente inservibles en verdaderas obras de arte para nuestro jardín.
Además de colaborar con el medio ambiente dando nuevos usos a esos elementos que en principio ya estaban condenados al contenedor de basura, obtendrás una sensación única: la satisfacción de haberlo hecho tú mismo-a.
Así pues, si eres de los que piensas que las segundas oportunidades nunca fueron buenas, aquí tienes algunos ejemplos que te harán cambiar de opinión.
Comenzamos con esas botas de agua que se le han quedado pequeñas a tu hijo o que ya no usas. ¿Por qué no reconvertirlas en un original macetero donde lucir tus preciosas plantas?
Pero no solo las botas de agua pueden ser transformadas. En realidad, cualquier zapato que ya no utilices es susceptible de convertirse en un divertido macetero. Aquí van algunas demostraciones:
Y, ¿qué tal si también le damos una segunda vida a esos neumáticos viejos que tenías pensado tirar a la basura? En esta ocasión basta con un poco de pintura para conseguir un resultado verdaderamente diferente. ¿No te crees? Pues mira este ejemplo:
Algo más atrevido pero a la vez mucho más espectacular es sacar un viejo mueble al jardín. Una cómoda o aparador antiguo puede llegar a ser ese elemento decorativo que diferencie a tu jardín del resto.
Pero la opción del reciclaje no solo se limita a la decoración. También podemos echar mano de esta alternativa para confeccionar elementos útiles que nos pueden ayudar en el cuidado diario de nuestro jardín. Aquí te dejamos algunos sencillos ejemplos:
¿Qué te parecen todas estas ideas? Para nosotros demuestran que prácticamente cualquier objeto que en un principio teníamos pensado tirar a la basura puede llegar a ser un elemento decorativo y/o útil único. Y es que, volvemos a insistir, a la hora de buscar nuevos usos el único límite es tu imaginación.
Cuando la creatividad y la sostenibilidad se aúnan el resultado suele ser de lo más innovador. Este es el caso de los jardines verticales, una opción que además de decorar, ahorra hasta un 20% de la energía que se necesita para calentar o enfriar un edificio. Y es que, la utilidad de los paneles vegetales va mucho más allá de la ornamentación, logrando entre otras muchas cosas un perfecto equilibrio término.
Este nuevo concepto de jardín se perfila cada vez más como una verdadera opción ecológica para lograr el aislamiento de edificios (reduciendo hasta 8 grados la temperatura exterior y hasta 10 decibelios la contaminación acústica), para rebajar las necesidades energéticas de las construcciones (gracias al aumento de la resistencia térmica que aportan), y por supuesto, para conseguir a un aire más limpio en nuestras ciudades (no olvidemos la enorme capacidad de las plantas para absorver y almacenar el CO2: uno de los principales gases de efecto invernadero).
Pero son muchas más las ventajas que nos proporcionan las paredes de cultivo (o muros verdes). Así pues, según nos relaciona Opción Bio (un blog de consumo ecológico y responsable), encontramos que:
No obstante, más allá de los beneficios que tienen para el medioambiente en general y para los ciudadanos en particular, los jardines verticales son una formidable alternativa estética para decorar nuestras ciudades. Una opción realmente viable no solo para crear nuevos espacios verdes, sino para llenar nuestro día a día de color, vida y arte.